200 años del Braille

Una historia de superación y adaptación a circunstancias adversas, que no solo consiguió que la vida de un joven ciego mejorase, sino que ha transformado el día a día de millones de personas ciegas o con baja visión en todo el mundo.

• Historia

Louis Braille, nació en Francia en 1809. Cuando tenía 3 años, sufrió un accidente con un punzón que utilizaba su padre para perforar el cuero en el taller familiar. Tras un tiempo, ese ojo se infectó de tal manera, que la infección se propagó al otro ojo, causándole una ceguera completa en la temprana edad de 5 años.

Aunque esa circunstancia nunca le paró. Siempre demostró tener una inteligencia y determinación excepcional, lo que le llevó al Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos en París. Allí conoció a Charles Barbier, un oficial del ejército francés que presentó en la escuela la escritura nocturna. Este tipo de escritura tenía fines más tácticos, ya que estaba pensado para que los soldados pudieran comunicarse sin sonido y sin luz en el campo de batalla. Pero, este sistema presentaba algunas deficiencias para su utilidad en la enseñanza de aquellos jóvenes: no tenía mayúsculas y minúsculas y era muy complejo de escribir.

Braille en cambio, lo vio como una oportunidad. Teniendo una base de dónde partir, trabajó incansablemente hasta que con 15 años, completó el sistema que conocemos hoy en día: la combinación de puntos en relieve organizados en celdas de 2 columnas y 3 filas.

• El Braille en los ascensores

Un paso fundamental a favor de la inclusión y la accesibilidad.

Los ascensores se han convertido en elementos clave de los edificios, tanto residenciales como comerciales, y han evolucionado significativamente incluyendo una variedad de características que fomentan la inclusión y la accesibilidad de las personas.

Este sistema, no solo asegura que las personas con discapacidad visual puedan moverse en los edificios de forma independiente, sino que pueden también hacerlo con más seguridad y confort. Gracias al Braille, se pueden señalar los pisos, el abrir y cerrar de puertas o la alarma de emergencia.

Los avances tecnológicos han permitido una integración más efectiva y estética del Braille en los ascensores. Los fabricantes de ascensores, como Orona, hemos desarrollado botones con inscripciones en Braille que son duraderos y fáciles de leer al tacto. Además, la ubicación y el diseño de los botones están cuidadosamente planificados para garantizar que sean fácilmente accesibles para todos los usuarios.

Acercamos personas, acortamos distancias.